Por Carlos Noé Cota.

La necesidad de conducción política del país, la complejidad de los asuntos públicos y la creciente dinámica de participación obliga a los tres poderes de la unión a avanzar en mejor formas de equilibrio, autonomía, cordialidad y respeto. Cada uno de los poderes está obligado a rendir buenos resultados y transparentar sus acciones. La democracia también exige partidos responsables y justos, no madrigueras de grupo de poder. México tiene años luchando para lograr institucionalidad en mecanismos de concertación que ayuden a empujar a un país en crisis como el nuestro.

La LXV Legislatura Federal que inicia funciones formales el próximo primero de septiembre, será como un imán al atraer la atención de diversos actores políticos de la nación: gobernadores que buscarán mejores presupuestos para sus Estados; grupos de poder que intentarán proteger intereses políticos y económicos; alcaldes en busca de autorizaciones presupuestales a proyectos ejecutivos en agua potable, caminos, drenajes y otros. En ella también estará puesta la atención presidencial en una forma de cuidar lealtades y buscar aliados que le permitan sacar avante tres grandes reformas constitucionales: La Reforma Electoral (que de lograrse a como está planteada disminuiría el número de diputados y senadores, además reduciría el financiamiento a partidos políticos) La Reforma Energética y La Revocación de Mandato.

La próxima legislatura estará integrada por diversas fuerzas políticas del país y será trinchera para medir fuerzas en torno a la sucesión presidencial del 2024. En ella estarán figuras experimentadas y relevantes, pero también cuestionadas y desgastadas políticamente. Habrá de todo como en botica “excandidatos presidenciales, dirigentes y ex dirigentes de partidos políticos, exsecretarios de Estado, una ex primera dama y figuras grises que solo seguirán las consignas de sus coordinadores parlamentarios.

IGNACIO MIER VELAZCO, Coordinador del grupo parlamentario de MORENA, no la tendrá fácil al tener que negociar y contrarrestar el peso de diputados opositores al gobierno de la 4T como SANTIAGO CREEL, quien será punta de lanza por el PAN; ALEJANDRO MORENO, dirigente del CEN del PRI, es como lisa enjabonada y busca ser candidato presidencial; también sobresalen IDELFONSO GUAJARDO, AUGUSTO GOMEZ VILLANUEVA, ISMAEL HERNANDEZ Y RUBEN MOREIRA; por el PRD, van LUIS CHAZARO, AMALIA GARCIA Y AGUSTIN BASAVE; Movimiento Ciudadano es representado por SALOMÓN CHERTORIVSKI. EL partido Verde tendrá fuerte presencia con su dirigente Nacional KAREN CASTREJON.

Los diputados federales que representaran a Sinaloa, en la LXV legislatura federal son: LEOBARDO ALCANTAR, ANA ELIZABETH AYALA, FERNANDO GARCIA, CASIMIRO ZAMORA, YADIRA SANTIAGO MARCOS, OLEGARIA CARRAZCO MACIAS, MERARY VILLEGAS y MANUEL GUILLERMO CHAPMAN MORENO. Ellos tienen la tarea de lograr un presupuesto justo para la entidad, aprobar y mejorar leyes que beneficien a la sociedad. Obligados a promover la adopción de un nuevo régimen interior que favorezca una vida parlamentaria más vigorosa y que reconozca la responsabilidad de todos los partidos en el desarrollo de debates y en la discusión de propuestas.

Cada uno de los representantes populares de Sinaloa debe tener un papel activo en nuestra vida política y ser ejemplo a seguir. Impulsando un proceso de cambio que permita aumentar sus acciones sin descuidar a sus representados. En el entendido que La Cámara de Diputados es la expresión eficaz de la democracia, son voz ciudadana de consulta y atención a las entidades federativas y que la fortaleza del poder legislativo es indispensable para el equilibrio adecuado de poderes.

Es indudable que un cambio de signo y perfil en un gobierno como sucedió en el 2018 y 2021 provoca arrebatos, exigencias, reclamos y descomposición en la consecución de intereses. Eso es lo que está pasando actualmente en el país y por consiguiente en Sinaloa. Todo mundo quiere algo nuevo del presidente LÓPEZ OBRADOR, del gobernador RUBÉN ROCHA MOYA y de cada uno de quienes asumirán responsabilidades legislativas.

Es tiempo de poner en práctica experiencia y conocimiento que permitan superar crisis e iniciar cambios profundos en las estructuras de gobierno, con programas de salud, mejores apoyos a la educación, cuidado del medio ambiente, incentivos económicos, etc. Permitiendo con ello guiar las acciones de gobierno, proteger con mejores leyes a la sociedad, señalando lo que está mal hecho y guardando la sana distancia con el poder ejecutivo y judicial.

El poder legislativo tiene la oportunidad histórica de mantener y reforzar la independencia de la nación que permita la construcción de una sociedad bajo los principios del Estado de Derecho, garantice libertades individuales y colectivas en un sistema integral de democracia y en condiciones de justicia social. Para ello se requiere de mayor fortaleza interna de la economía nacional, recuperación del crecimiento sostenido que permita generar empleos y una vida digna a través de una mejor distribución del ingreso entre familias y regiones y el continuo perfeccionamiento del régimen democrático.