Por Carlos Noé Cota

No cabe duda que la política sigue siendo un tema que no se va, solo se acomoda, pues no termina una elección cuando ya estamos pensando en otra. La consulta popular para enjuiciar a expresidentes de la República es un tema que no despierta el entusiasmo social, ante el hartazgo de tanta elección electoral, el costo de las mismas y un sinfín de problemas sin resolver y atender por los gobiernos en sus tres niveles, que pierden tiempo y energía (con altos costos económicos) en temas que le competen resolver a órganos de justicia. Tal vez piensan que al pueblo hay que darle pan y circo para mantenerlo entretenido y que se olvide de los graves problemas que desmerecen su calidad de vida.

La sociedad rechaza la demagogia, la mentira y la confrontación política. La impugnación de la elección del 6 de junio pasado por parte del candidato perdedor por la gubernatura MARIO ZAMORA GASTÉLUM, es como un tiro al vacío lleno de protagonismo y de justificación, que le corresponde al Tribunal Electoral de la Federación atender y resolver. La población sinaloense quiere darle la vuelta a la página electoral y esperar que el nuevo gobierno controle la violencia, la inseguridad existente y que se ejecuten obras de beneficio colectivo como las refrendadas por el presidente AMLO con el Gobernador electo RÚBEN ROCHA MOYA: la culminación de la construcción de la presa Picachos-Santa María, el puente sobre la presa de Huiltes, la carretera Badiraguato-Parral, así como apoyar la agricultura y la pesca en Sinaloa.

La derrota electoral que tuvo la coalición PRI-PAN-PRD en Sinaloa dejó grandes heridas y esto los obliga a buscar culpables, pero también los hará renovar sus dirigencias a nivel nacional y local. El futurismo político para el 2024 está en marcha y los lleva a impulsar una maquinaria estancada en la derrota, cuestionada por su propia militancia y sin el energético que da el poder para lograr futuros triunfos electorales.

Empezando el 2022 se desatará el futurismo político en Sinaloa, justo cuando RUBÉN ROCHA MOYA inicie su sexenio. ¿Cómo impactará su gobierno?, ¿Cómo lo afrontará? Todo esto obliga a que ROCHA MOYA realice un tejido político fino, de mucha altura y de grandes aciertos. Debe empezar por armar un equipo de gobierno que le de confianza a la ciudadanía, que entregue resultados positivos y que blinde su administración del futurismo político que tocará las puertas de su administración.

Las candidaturas por el Senado de la República, aún lejanas, se pondrán muy apetitosas al ser la principal ruta para llegar al gobierno del Estado en el 2027. Los que aspiran a lograrlo abrirán frentes de guerra, pero también querrán cuidarse y ser imanes de atracción política. Las presiones para introducirles gente recomendada al próximo gobernador y a los nuevos alcaldes estarán a la orden del día. Otras presiones serán contra gentes cercanas a ellos para desacreditarlos o debilitarlos, algunos funcionarios van a ser cuestionados por los partidos de oposición (PRI, PAN o PRD), por grupos sociales y medios de comunicación, para poner a prueba los nuevos gobiernos. Así que hay que prepararse para lo que viene.

No habrá tregua y los tiempos políticos no ayudan. Aun cuando son conceptos y realidades políticas diferentes por sus ámbitos de acción, la inseguridad prevaleciente en Sinaloa y en el resto del país, se ha convertido en un detonante político que tendrá que atenderse con prioridad.

La inseguridad en todas sus manifestaciones permea en todos los lugares convirtiéndose en un reto para los gobiernos, las instituciones de seguridad y para la sociedad misma. Los gobiernos están siendo medidos por los parámetros que definen el carácter y monto de los delitos, destacando los asesinatos, desapariciones, fosas clandestinas y control del crimen organizado en diversas regiones del país, y por consiguiente Sinaloa no está libre de ello.

La inseguridad es lo que más lacera la vida humana. Es por ello que su combate debe ir mas allá de la fuerza de las armas; ya se sabe que sus causas tienen que ver con la situación económica, el desempleo, falta de valores en la familia y la carencia de una buena educación. También hay que agregar el hecho de que Sinaloa es cuna de origen y desarrollo de drogas, cuyo negocio es muy lucrativo y llamativo para la incorporación de jóvenes a las actividades ilícitas y delincuenciales.

El combate tiene que ir acompañado de vinculación social, de educación, creación de corporaciones policiacas fuertes y no dejar toda la carga a la federación como está sucediendo actualmente. La inteligencia también es determinante para la desactivación de las células delincuenciales. Es preciso desligar la violencia que produce el narcotráfico y la violencia del fuero común.

Los nuevos gobiernos están obligados a brindar voluntad política para actuar positivamente y no simular o actuar sin estrategia y sin rumbo. En síntesis, la inseguridad afecta a la convivencia social, la economía, la educación, la salud y la gobernabilidad. Como sociedad estamos obligados a formar nuevas generaciones de hombres y mujeres con valores, respeto a la vida, cuidadosos del medio ambiente y capaces de vivir en armonía en una sociedad como la nuestra.